Retiros de Ejercicios de Contemplación de Franz Jalics

Caen los párpados y la mirada se desvanece más allá de las estrellas, y la Visión emerge allí donde se funde amada con Lo Tan Cercano. Por muy profundo que sea el Universo, se siente insignificante en el Inconmensurable Espacio en el que brota una inhalación.

Caen los párpados y se desvanece el sueño. Y una infinita variedad de formas crepitan en el fuego del Atemporal Presente de Dios y la Llama Blanca de Su Amor, que todo quema. Mientras, allí donde desaparecen todos los sentidos, permanece todo como Un Solo Sabor.

Caen los párpados, enmudecen las palabras. El verbo se conjuga Impersonal, sin pretéritos, sin futuros, sin presentes, sin pronombres y sin voz. Permanecer donde habita la Existencia antes siquiera de poder ser nombrada.

Caen los párpados y se eleva el telón de la Vida… Brilla engalanada la negrura de la omnisciencia palpitando desde el centro de un Corazón sin dueño. Todo desaparece donde se da el Encuentro con Ello, y aun así, en ausencia de testigos, la muda Talidad, en su imperturbable Silencio,  habla de Amor.